viernes, 11 de julio de 2014

2534: La Clausura del Portador de los Juguetes




2534. La Clausura del Portador de los Juguetes

En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier institución mental o a cualquier centro de reinserción social al que tengas acceso. Alcanza el escritorio principal y pregunta por el paciente conocido como: El Maestro Juguetero. La, o el recepcionista, te dirá que no existe alguien llamado así. Tendrás que pedirle que revise en la lista de pacientes y busque en la sección del bloque 2, piso 5, corredor 3, y habitación 4. Cuando su vista haya hallado la información, ya sea en la computadora, o en viejos tomos de registros, su cara quedara en blanco. Si una sonrisa perturbadoramente amplia se dibuja en su rostro, habrás llegado al lugar indicado. Si no, has sido emboscado por El Cazador de los Buscadores, que es El Portador de la Depredación, y tu cabeza colgara en su sala de trofeos hasta su reunión.
La, o el recepcionista, te conducirá por los pasillos laberínticos de la institución, hasta llegar a las celdas de aislamiento para pacientes violentos. Sigue sus pasos, con la misma sonrisa con la que llegaste. Al llegar a la sección de aislamiento, la celda a la que te dirigirá, dirá un número que deberás recordar para el futuro, si es que logras pasar al portador. Ese es el verdadero número del objeto. Al abrirla, se descubrirá un nuevo pasillo. Desde allí, tendrías que ir tú solo, no sin antes responder al adiós que te dará tu guía, aun si su cara frenéticamente feliz, incomoda los rincones más profundos de tu alma. No querrás convertir esa sonrisa en una mueca de ira por tu descortesía. Solo el desmembramiento lento y doloroso de tu cuerpo, volvería contenta otra vez a la infame criatura que se convertirá.
Tras despedirte animadamente, entra al pasillo oculto. Estará lleno de celdas a los lados. En cada una de estas, estará encarcelado un Juguete. Osos de peluche, muñecas de porcelana, soldados de juguete, animales de felpa, entre otros muchos, elaborados con una artesanía exquisita, siendo piezas que ya no existen en este mundo, salvo en recuerdos, o en sueños.
Camina asía la única puerta al final del pasillo con tu sonrisa. Estará temblando en tu rostro, agarrotando tus músculos faciales, pero debes mantenerla. No mires a ninguno de los juguetes. Ellos están encerrados desde hace mucho tiempo, y están resentidos con la humanidad. Si para tu desgracia escuchas: “¿Quieres jugar conmigo?” El único atisbo de salvación será una mentira y una verdad. Párate en seco y responde excitado: “El Juguetero me espera. Volveré luego”. Espera pacientemente a que te responda. Si no escuchas palabra alguna, tu destino estaría marcado por el dolor. Las celdas se abrirán lentamente, sin dar un solo sonido, y los juguetes jugaran tortuosos juegos contigo por el resto de la eternidad. En el supuesto que te respondan: “Te estaremos esperando”, podrás proceder con tu marcha.
Al pasar la puerta, te encontraras en un taller. Veras las miles de partes de otros juguetes, esperando a ser ensamblados con un ingenio que supera a la fantasía. Cuerpos de porcelana, madera y vidrio. Telas de seda, terciopelo y satín. Todo de los matices más vistosos que se puedan imaginar. También encontraras, desde las más simples herramientas, hasta las maquinas más extrañas y fuera de este mundo, descubriendo que este simple arte oculta muchos secretos.
En el centro del taller, estará un hombre, más viejo de lo que marcan sus ancianas facciones. Estarás frente al Portador de los Juguetes, pero a él, le gusta más el título de Maestro Juguetero. Colócate frente a frente, y aun con la dolorosa sonrisa marcando tu cara como una herida abierta, no contrastara con su rostro austero y carente de júbilo, del que representa normalmente a los de su profesión. Tendrías que preguntarle: "¿Por qué es tan serio el asunto de su reunión?" El Juguetero, te mirara colérico, y con aires frustrados te contara con el más mínimo detalle, como las risas murieron en los eones anteriores a su separación, renaciendo al crearse los objetos, pervirtiendo con su sadismo, su maldad y su masoquismo, cada sonrisa, cada carcajada y cada júbilo desde entonces. Su historia no durara mucho, pero caerás en tal estado de depresión, que si no sucumbes al suicidio, en el futuro te dará asco escuchar a otro ser humano regocijarse en la más simple nimiedad, sabiendo que ni las risas de los niños son inocentes.
Si los deseos de encontrar un pronto fin no te poseen, deberías tener todavía tu sonrisa cuando el Portador termine su historia, o no te encontrara digno de mostrarte su niño interior. Se te dará a conocer el verdadero aspecto del taller. Todo ha cambiado grotescamente. Las paredes ahora estarán desgastadas y manchadas de una fétida humedad que ahoga el aire. Las partes de los muñecos y demás juguetes, se convertirían en pedazos desmembrados de niños, niñas, recién nacidos y uno que otro adolescente, esperando que les den una nueva forma a su carne muerta. Las herramientas y maquinas de extraño aspecto, estarán manchadas de sangre. Glóbulos oculares, orejas, narices y labios cercenados, regaran un suelo sucio y quemado.  El Portador revelara su verdadera forma. Un payaso, representando la más vil de las sonrisas, con un mugriento cabello verde moho, piel pálida como la muerte, y unos ojos blancos y vidriosos que desnudaran tu alma de toda felicidad.
El Juguetero, te señalara tres juguetes, en tres estantes. Son los únicos que estarán completos, pero solo uno es el verdadero objeto. Si lo obtienes, podrás visitar a su hermano El Portador de los Títeres, y a su primo, El Portador del Maniquí. Aquí podrás relajar tu semblante, si es que no sucumbes a la locura de aquella grotesca revelación. Aun así, la sonrisa no abandonara tu rostro.
Tendría que revelarte buscador, que tu destino estará guiado por la suerte. Si fallas en escoger, una de aquellas creaciones te  devorara y utilizara tu carne como relleno para su cuerpo. Otra, con un simple toque, te convertirá en parte de la colección de juguetes, encerrados en las celdas de los muchos corredores que oculta aquella institución mental o centro de reinserción social. El último, seria tu premio, pero este objeto ya fue retirado por “Su Elegido".
La Caja de Sorpresas, era el objeto 2534, ahora reenumerado como el 1996 de los 2000 Sellados. Ahora Él, tiene el poder para borrar todas las sonrisas del mundo. Solo espera que los otros 2537 objetos estén en su poder.

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