miércoles, 9 de julio de 2014

2536: La Clausura del Portador del Sindicato

 
2536. La Clausura del Portador del Sindicato

En cualquier ciudad, en cualquier país, ve  a cualquier sala de sindicatos o salón de rentas al que tengas acceso. Es necesario que lleves contigo El Objeto 66: La Moneda de Cobre. Cuando llegues, pregunta a los cuidadores: “Si ya empezó la reunión del Sindicato de Portadores. La persona te dirá con aires molestos: “¡Llegas tarde!”, y te guiara fuera de la zona. En las calles todo ha muerto, siendo tú y tu guía los únicos caminantes.
En medio de una calle, habrá una tapa de alcantarilla. Deja que tu guía la abra, desapareciendo al instante como si nunca hubiera estado. No te introduzcas en ella hasta que en su oscuridad escuches: “Salto y seña”. Tú deberás responder: “Yo sé lo que ellos codician”. La cabeza de un hombre sin ojos, nariz, orejas y cabello, pero con una gran boca generosamente dentada, emergerá. Este es El Portador del Sindicato. Te detallará sin mirada y exclamará: “Tú no eres el Portador de la Codicia”. Te atacará si no eres rápido. Muéstrale La Moneda de Cobre mientras dices: “Vengo en su lugar”. Parara en seco, abriendo su boca para que entregues el pago de la cuota de entrada. Lanza la moneda a sus fauces y la tragará. El objeto volverá con su portador original, pero ahora no te preocupes por eso.
Si deseas echarte para atrás en el intento de conseguir el objeto, podrás hacerlo. No abra ningún tipo de repercusión. Si decides proseguir, baja por donde El Portador haya salido. Desde allí no hay marcha atrás. Dentro, la oscuridad te envolverá y el agujero de la alcantarilla desaparecerá. Será un descenso largo y fatigoso. Pensarás que la escalera no tendrá fin y que has caído en una trampa. Tranquilízate y sigue bajando. El metal del que te sostienes se volverá más frío de lo que ya estaba. No hagas caso de esto.  La temperatura descenderá bruscamente y la piel de tus manos quedara pegada a la escalera. Cada vez que la retires, pedazos de tu carne serán arrancados. Aguanta el dolor y no aminores la marcha. Si lo haces, quedaras varado allí, hasta que tus restos bien conservados por una fina capa de hielo, sean encontrados por alguna criatura, que estando aburrida, emerja del abismo más profundo del que ahora estás y te devore.
A cierto nivel, un calor recorrerá la penumbra, haciendo que tus extremidades sangrantes se sientan mejor. Oirás unos ecos alzándose a tu alrededor. Escúchalos bien, porque de ellos depende tu existencia. Una voz de ultratumba estará pasando lista, gritando los números que pertenecerán a cada portador, pero en el orden de su verdadera numeración. Tendrás que esperar un buen tiempo hasta que oigas el nombre del portador que ahora representas.
Apenas haya dicho su nombre, cierra tus ojos y grita con todas tus fuerzas: “Presente”. Si no fuiste rápido, o no estuviste atento, quedaras varado en esa escalera, hasta que tus fuerzas fallen y caigas al vacío. Si los abres y te encuentras sentado en una silla de estilo victoriano, felicidades…, por ahora.
Estarás en el salón más grande que hayas visto, y un mar de sillas te rodeara, cada una de un aspecto único en cuanto a su portador. Si alcanzas a ver, estarán en torno a un gran trono de hierro en su centro donde El Portador del Sindicato leerá un largo rollo de pergamino, terminando de pasar lista. La mayoría de los asientos ya estarán ocupados, y en los otros faltantes, su portador aparecerá al instante de escuchar su número. Se te recomienda que fijes tu vista al suelo o cierres los ojos, ya que la verdadera forma de todos y cada uno de los portadores que estén en tu rango de visión, se te mostraran, y creo que ya sabes que la mayoría de ellos no desean ser vistos, o su verdadera forma va mas allá a la comprensión para las mentes de hombres y mujeres, pudiéndolos dejar con una sanidad mental tan vacía como la de una cáscara. Pero, si posees una fuerza de voluntad más allá de tu humanidad o estás hecho de algún otro material del que los simples mortales fueron creados, siéntete en la libertad  de mirar; crédulo.
Cuando absolutamente todos los portadores estén reunidos, o sea, los 2538, El Portador del Sindicato llamara al orden; ¡No! No al Portador del Orden. La sala, anteriormente en una cacofonía de sonidos de ultratumba que seguramente quebrara tu juicio, se quedara en total silencio, el que deberás emular. La reunión ha comenzado. Desde ahora, cada portador dará a conocer su estado actual y dará su informe. Eso quiere decir que contaran la historia de cada buscador que ha venido a reclamar su objeto desde la última sesión y ha perecido, tanto física, espiritual, como mentalmente. Pon mucha atención a cada historia, aunque serán tan despiadadas, que si sobrevives, tu corazón de ahora en adelante no guardara misericordia por nada y por nadie.
La reunión se alarga lo que te parecerán años. Pero debes quedarte en el mismo asiento que apareciste, en la misma posición que tomaste al empezar la sesión y evitando hacer el menor ruido. Interrumpir el relato de algún portador, concluirá en soltar sobre ti, la ira de todos los reunidos…, y cuando terminen contigo, será como si nunca hubieras existido. Deberás hablar solamente cuando tu turno llegue. Lo sabrás porque serás el siguiente después del Portador del Amor. Él dirá orgullosamente que no tiene nada que contar, ya que ningún buscador se ha atrevido a reclamar su objeto.
Cuando termine de hablar, podrás pararte, acordándote de seguir mirando al suelo, al techo, o mantener tus ojos cerrados y recitar la historia de cómo obtuviste el objeto, cuyo dueño faltó a la reunión. Cuenta tu relato de la forma más detallada posible, desde cuando llegaste a la institución de salud mental o casa a mitad de camino, exponiendo tus dudas, miedos, inquietudes o dolor experimentado. Hasta que llegues a la parte donde tocas la moneda, te darás cuenta que no podrás parar de hablar, exponiendo todas tus historias, desde la primera vez que oíste hablar de los objetos, hasta llegar a este momento. No te preocupes, serás oído pacientemente. Al terminar, los portadores aplaudirán tu hazaña, y el sonido retumbara en la sala como si el mundo se estuviera desquebrajando. Resiste el impulso de tapar tus oídos, aunque sangren. Todos te estarán mostrando su respeto, y sería muy grosero contestar su gesto de esa forma.
Si no sucumbiste al sonido, siéntate cuando termine. Otra vez tendrás que esperar totalmente quieto y en silencio a que el resto termine su informe. Esto no se te va a ser difícil, ya que después de todo lo que expusiste, tu garganta estará muy adolorida.  Vuelve a prestar oído a los relatos. Otros años podrán pasar, como unas pocas horas, pero al final, El Portador del Sindicato expondrá también lo suyo. No tardara mucho, te lo aseguro. Acabara entonces y dirá la fecha de la próxima reunión. Antes de concluir, gritara en torno a la sala: “¿Hay alguien que se oponga a concluir la reunión?”. Exactamente en ese momento, deberás  gritar: “Yo me opongo”.
Tu silla se alzará en el aire, contigo encima. Volará entre las entidades expectantes a la situación y serás depositado frente al Portador del Sindicato. De tu asiento, brotaran estacas de madera donde reposan tus piernas y tus brazos, empalándote. Puedes gritar, no te preocupes. Aquí será donde la prueba más difícil del portador de inicio. No vas a tener que preguntar nada. Ya has escuchado más que suficiente, como para tener que encarar las terribles revelaciones de este portador. Será a ti de quien desea obtener respuestas.
Te pedirá responder a cinco preguntas, simples y a la vez imposibles, sobre alguno de los relatos de cada portador. Has memoria de las narraciones y contesta. Por cada pregunta que falles, un sentido se te será cercenado. A la primera, tus ojos serán removidos con unas pinzas calentadas al rojo vivo. A la segunda, tus orejas serán cortadas con una segueta echa de huesos humanos y perforada con un taladro oxidado. A la tercera, tu nariz será arrancada por los mismos dientes del portador. A la cuarta, tu piel será escalfada por una navaja que nunca ha perdido su filo. Y por último, tu lengua será jalada por cinco anzuelos, siendo la última para que puedas hablar.
Si respondes aunque sea una sola correcta, serás libre de irte si lo deseas, con los sentidos cercenados de las que hayas herrado, y claro está, sin tu premio. O, se te regalara una muerte rápida he indolora, liberándote de tu sufrimiento. Si no contestas correctamente ninguna, quedarás en ese salón como un vegetal, hasta que hayas muerto de deshidratación e inanición. Ningún buscador ha podido seguir cuerdo al escuchar sus declaraciones, ni mucho menos recordar alguna de las palabras dichas en la reunión, ya que parecerá como si las hubieras vivido tu mismo en carne propia; nadie quiere recordar el dolor. Estarás obligado a acertar todas, o no ganaras el objeto.
Si tienes una memoria de la que un erudito podría estar celoso y contestas todas las preguntas, El Portador del Sindicato te dará el rollo de pergamino con que pasaba lista. Al leerlo, quedarán cincelados en tu mente la verdadera numeración de los portadores. Ciérralo y devuélveselo. El portador dará por terminada la reunión y aplaudirá al aire tres veces y te desvanecerás. Despertaras en el último lugar donde trabajaste y tendrás que dar algunas respuestas; se puede culpar de todo al alcohol.
En cuando al Objeto 66: La Moneda de Cobre,  puedes olvidarla, ya que estarás enormemente agotado, pero recuperarla luego será más difícil que la primera vez: mejor dicho, mortal. Si la deseas de vuelta, ve a la misma institución de salud mental o casa a mitad de camino en que lo obtuviste enseguida de terminar la prueba del Portador del Sindicato. Al llegar a la recepción, pregunta por visitar a alguien que se hace llamar "El Portador de la codicia". Una mirada de hambre voraz vendrá del trabajador y saltara sobre ti para devorarte. Antes de que haga esto, dile su verdadero número con toda la altanería y pedantería que puedas. La criatura que tendrás frente a ti, cambiara su comportamiento por uno más sumiso. Desde uno de sus bolsillos sacara un sobre blanco. Tómalo y no lo habrás hasta llegar al sitio que llamas hogar. Dentro del sobre estará La Moneda de Cobre. Problema resuelto. No utilices la verdadera numeración con otros portadores, o será el fin absoluto para tu existencia.

La Verdadera Numeración de Los Portadores era el objeto 2536, ahora reenumerado como el 1998 de los 2000 Sellados. Su Sirviente ahora conoce su verdadero orden. Su camino será más fácil que el de cualquier buscador, y es que, ese siempre ha sido el camino de la maldad.

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