martes, 8 de julio de 2014

2537: La Clausura del Portador de los Vértices




2537. La Clausura del Portador de los Vértices.

Ya no se le llaman Vértices a las muchas dimensiones que completan las existencias. Su nombre sería cambiado por los sabios de esta nueva era como Multiverso. El Multiverso es un término utilizado para definir a todos los universos múltiples, paralelos, quánticos, o alternativos posibles, también conocidos como dimensiones alternas, paralelas e interpenetrantes como una sola unidad. Comprende todo lo que existe físicamente en versiones espejo de diferentes realidades, alteradas mínima, mediana o significativamente por una o varias diferencias en algún suceso de su línea temporal.
Debes saber buscador que ni siquiera el cataclismo de la reunión importara algo si un solo fallo es ejecutado en el proceso de hallar este objeto. Yo, El Portador de los Vértices, estoy obligado a guiarte paso a paso en conseguir el objeto. Antes que nada, déjame contarte que hay más de una realidad, oculta arriba, detrás, debajo y al lado de nuestro universo. En estos, muchas cosas pueden distinguir significativamente de nuestra propia versión del mundo, pero en todas ellas hay 2538 objetos que desean ser encontrados. Aunque su forma varíe, su numeración sea distinta o su portador tenga otro nombre, existen con un solo propósito: volver a ser uno…., volver a ser Él.
En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier institución mental o manicomio al que tengas acceso. Alcanza el escritorio principal y pregunta por mí, el paciente conocido como El Portador de los Vértices. Si unos ojos desmesuradamente abiertos te miran con temor, estas en el lugar indicado. La, o el recepcionista se levantara para guiarte por un desconocido corredor donde todas las puertas en que poses la mirada se confundirán con estar señaladas por el mismo número: “el 2537”. Solo una saltara a la vista por su enigmática diferencia.
Tu guía te señalara la puerta 7352, dándote una llave de enigmático aspecto y un papel escrito con mi propio puño y letra. Debes esperar que salga de tu rango de visión para posarte frente a la puerta y descubrir el contenido del papel. Veras que es una lista muy bien detallada que te dará los pasos para conseguir el objeto. Esto te parecerá sospechoso, pero no debes de dudar de mí, porque las consecuencias de que des un paso en falso no solo acabarán con tu vida, sino con tu existencia, la de tu mundo y la de nosotros los Portadores con nuestros Objetos. Sé que crees que mi deber es  proteger lo que viniste a buscar, pero en realidad soy el guardián de la vía hacia su localización.
Paso 1: Solo aquel que haya comenzado la búsqueda, es el indicado para cruzar entre dimensiones, ya que la sola intromisión de un segundo, ya sea algún curioso que por razones fuera de este mundo esté excepto de las restricciones del Portador o solo una simple cucaracha que se deslice furtiva buscando inmundicias para comer, arrancará tu cuerpo astral de las cadenas de la realidad. Escucha con atención: otra persona, entidad o cosa que transgreda estas fronteras, amenazará con borrarte de la existencia. La peor consecuencia de que tu ser sea borrado, es una reacción en cadena que se creara a raíz de tu error en todo nuestro universo.
Paso 2: No introduzcas la llave en la cerradura, hacerlo significaría un viaje seguro al más vil de los mundos, cuya realidad torcida te haga desear haber sido borrado de éste o cualquier plano existencial en el Paso 1. Tu súbita intrusión en una de estas dimensiones de horror, creará un vacante en tu universo que será llenado con alguna maligna versión tuya que sembrará la semilla del desastre. Deberás meterte la llave en la boca y tragártela. Solo así la manilla de la puerta estará destrabada y configurada hacía el verdadero destino de tu viaje.
Paso 3: Que no te domine el pánico. Cuando se te desvele el interior de la habitación, descubrirás que no había tal cosa. Un espacio oscuro e infinito se te revelará, y justo debajo de ti, un portal rodeado por una inmensa telaraña cósmica que une todas las realidades te dará la bienvenida. Sé preciso buscador, ya que deberás lanzarte a su pleno centro, sin tocar ninguno de sus bordes, o como una pieza suelta en un motor, dañarás la función de la maquinaria y el espacio tiempo se desquebrajara para volverse a formar en un colash de cada existencia conocida y desconocida, junto con la tuya propia. Por el bien de todos, y los otros todos en los demás vértices, atina bien tu salto.
Bienaventurados seamos si eres expulsado de la misma puerta, tirado en el mismo corredor donde comenzaste. No creerás haberlo logrado, pero observa bien tú alrededor. Las múltiples puertas tienen un número repetido y por la que entraste su inverso, solo que ahora las que sobran son numeradas como 7352 y la única diferente asoma como el 2537. Ahora estás detrás del espejo.
Las instrucciones solo te guiaran hasta allí, porque lo único que peligrará a partir de ahora será tu vida. No es personal, pero mi trabajo es proteger las existencias, no a ti. Pero como me has caído bien, podría echarte una mano en el resto del camino. No se sabrá con seguridad que tan cambiado sea ese mundo en comparación del que perteneces y lo primero que te vendrá a la cabeza será repetir el proceso desde el principio. No alcances el escritorio principal y no preguntes por el mí. Recuerda que en cada dimensión hay otros portadores, otros objetos, aunque cada uno tenga el mismo propósito. Siéntate en la sala de espera, siempre pendiente de quien se acerque a preguntarle algo a la, o el recepcionista. No esperarás mucho y te veras a ti mismo, uno de tus “yos” interdimensionales, quien pregunta por algún portador de su propia realidad. Quizá te congeles de miedo al verte reflejado como una criatura monstruosa  o tal vez la envidia te carcoma al verte de una forma mucho más agraciada de la que tienes ahora; también existe la posibilidad que podrías ser de tu sexo opuesto o pertenecer a uno nuevo.
Cualquiera que sea los acontecimientos que surjan durante el llamado, mantente al margen. Serás el único que note las alteraciones de la realidad cuando los ojos mundanos de la gente son cegados para no ver los caminos y rincones ocultos que guían a cualquier Portador. Cuando tu otro “yo” parta a su prueba, síguelo con extrema cautela. No hagas nada más. Entrará en alguna puerta, umbral o portal, y no podrás avanzar más. Otra vez, espera. A ciencia cierta no se puede saber a qué tipo de prueba será sometido o cuánto tiempo durará. Reza para que tenga éxito y no perezca en el intento de ganar el objeto, o permanecerás en aquella otra dimensión, perdido ante un mundo conocido y diferente al mismo tiempo.
Si el destino de esta realidad te favorece, veras salir de la nada a tu otro “yo”. Te verá y se asustará por reconocer rasgos suyos en ti. Impide a toda costa que se vuelva loco o que huya despavorido al pensar que eres otra prueba del portador al que acaba de visitar. Se defenderá y te atacará, buscando tu muerte también, pero hazle entrar en razón de cualquier forma y pídele que te entregue su objeto. No va a ser sencillo lo que le propones, ya que la obsesión de los objetos está presente en cada realidad. Sele sincero si deseas, o miéntele si es necesario. Si al final se niega, me temo que tendrás que tomar el objeto a la fuerza, lo que llevará a uno de los dos a  la muerte.
Si accede a darte su objeto, tu otro “yo” sacará un cuchillo de entre sus ropas y levantara la mano izquierda. Notaras una herida a penas comenzando a cicatrizar, la cual abrirá con el cuchillo. Su dolor será el tuyo también y la carne de tu brazo derecho se abrirá en la misma forma que la de tu otro yo. El objeto saldrá de cada grieta carnal resistiéndose como un parásito, rehusando a abandonar  a su huésped. Tendrán que forzar su salida entre ustedes hasta que aquellas dos cosas queden tiradas en el piso, embarradas en los charcos de su sangre gemela. Se acercarán como si tuviesen vida propia y ambos se entrelazaran y unirán, formando un solo objeto. Si le diste muerte a tu homónimo dimensional, tú serás el  que deberás abrir su brazo y sentirás por dos aquel mismo dolor.
Tu otro yo se alejará inmediatamente, ya que siente el impulso de traicionarte, arrepentido por perder su objeto; Estate atento. Cuando haya abandonado el pasillo, coge el objeto. Enseguida, la institución mental o manicomio de ese mundo comenzara a temblar. Toma esto como el aviso para hacer una rápida retirada. Si se te da la oportunidad de voltear, observaras una legión de criaturas tan desconocidas para ti como lo serian para cualquier nativo de aquel mundo. Querrán evitar tu escape a tu propia realidad al costo que sea. Contra todo pronóstico, aquello no será causado por los portadores. Es un intento desesperado por el mismo objeto que llevas contigo, queriendo impedir ser deportado a tu dimensión. Sabe que si cruza algún vértice, sus hermanos estarán perdidos para siempre y su reunión nunca será…, por lo menos en esa realidad. Voltea la página de instrucciones y verás un paso que no estaba allí antes. 
Paso 4: Para retornar sin tener que seguir los pasos anteriores, y suponiendo que se ha obtenido el objeto, cruza la puerta por la que llegaste y extiéndelo hacía la inmensidad. La ira del Objeto diezmará mientras nota una semejanza que lo llama al otro lado del portal. Cierra los ojos y déjate llevar por la fuerza desconocida que te elevará. Aparecerás en las afueras de la institución mental o manicomio de tu propio universo. El objeto estará sumiso, porque siente el llamado de otros objetos, reflejos de sus hermanos en este lado. No se sabe a ciencia cierta que es en realidad, que habilidad tendrá o cual será su maldición, pero ahora es tuyo.
Ten en cuenta que la ayuda que has tenido, no la volverás a encontrar en tus siguientes búsquedas. Ya has servido para nuestros fines llenando el vacío de nuestra pieza faltante en este Vértice: “Muchas Gracias y que tengas un buen día”.

            Lo Desconocido era el objeto 2537, ahora reenumerado como el 1999 de los 2000 Sellados. Contra todos sus apocalípticos deseos, Su Elegido ha salvado una dimensión de su reunión, pero ha condenado la nuestra para la destrucción.

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