En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier
institución mental o centro de reinserción social a donde puedas llegar. Ve a
recepción y pregunta a los trabajadores por ver a El Portador de la
Transformación.
El asistente debería entregarte un pequeño cuadrado de tela
con una estrella de cinco puntas en ella y dirigirte a un pasillo. Baja por
allí y te darás cuenta de que el suelo comienza a inclinarse hacia abajo,
separándose del resto de las paredes, el techo y las ventanas, que te conduce
por un camino de piedra oscura y dentro de una gran pasarela de piedra
abovedada iluminada por antorchas.
Comprueba tu cuadro de tela; si no hay un círculo alrededor
de la estrella, regresa. No es el momento apropiado.
Ve por el pasillo, mirando a las alcobas si lo deseas:
verás esculturas de demonios, grotescos productos de taxidermia, pergaminos
arcanos y libros, y quizás uno o dos réplicas de Objetos brillando en la tenue
iluminación. Nada te detendrá de mirarlos, tocarlos o tomarlos.
Cuando llegues al final, verás una pequeña puerta de madera
frente a un gran muro de piedra. Entra, pero sólo si te aseguras antes que en
tu estrella hay ahora dos círculos antes, los cuales podrían tardar mucho
tiempo en aparecer.
Dentro de la habitación del otro lado, habrán más velas y
antorchas, haciendo el lugar un poco más iluminado, al menos lo suficiente como
para leer. Si quieres, los libros que yacen abiertos en los incontables
escritorios que llenan este espacio pueden leerse. Estos libros contienen los
secretos del mundo descubiertos por investigadores olvidados a través de las
eras, de los cuales no todos eran humanos. Podrían estar escritos en cualquier
idioma, antiguos, muertos, profanos, incluso en la Lengua. Uno de los libros,
si entiendes sus secretos, te permitirá entender cualquier texto escrito. Este
libro en particular está escrito en la Lengua, así que no será tarea fácil,
además que es muy difícil de encontrar. Ten cuidado, no todos los libros son
seguros de mirar.
Los libros no generan tanto peligro como el Portador, el
cual estará del otro lado de la habitación. Asegúrate que el espacio ente los
dos círculos de la tela esté completamente lleno de símbolos antes de hablar
con él. Si no, deberás esperar. Usa los libros para matar tiempo.
El Portador te ignorará a menos que te interpongas en su
camino mientras se mueve por la habitación, lo cual supondrá tu fin. Él sólo te
reconocerá si le preguntas: ¿Cómo fue que _____ cambió? Podrás preguntarle por
quien sea, vivo o muerto, ficticio o histórico, popular o desconocido, y el Portador
te dirá sobre quién fue y cómo llegó a ser quién es. Él te dirá cómo incluso el
más noblemente intencionado tropezó y cayó a ser verdaderamente abominable. Tal
vez te sorprenda de cuántas personas se transforman en algo tan manchado a
medida que los años pasan, tomándose el tiempo sólo para pulir su exterior,
mientras que su interior se vuelve más retorcido y degradado. Tal es la
realidad de vivir en un mundo deslustrado.
Cuando estés listo para terminar esta parte de tu búsqueda,
pregunta: ¿Cómo cambié?
La respuesta, tu Transformación, es el Objeto 451 de 538, y
comenzó hace mucho más de lo que quisieras admitir.
452. El Portador
de la Tecnología.
En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier
institución mental o centro de reinserción social al que puedas llegar. Cuando
alcances el escritorio principal, pregunta si puedes visitar a quien se hace
llamar El Portador de la Tecnología. El trabajador sonreirá satisfecho y te
preguntará qué es lo que realmente quieres. Deberás preguntar de nuevo; moverá
sus ojos circularmente antes de guiarte a una pequeña oficina. Apagará las
luces y se irá, encerrándote dentro.
La única fuente de luz debería ser un computador en la
esquina trasera de la oficina. En caso que las luces regresen por cualquier
razón, ve hacia el computador, cierra los ojos y di tan rápido como puedas:
“Estoy aquí para aprender. Nada más”. Mantén los ojos cerrados hasta que
percibas que las luces se han vuelto a ir. Si permanecen encendidas, con los
ojos cerrados golpea el muro rápidamente hasta que encuentres el pomo de la
puerta y corre. No te detengas, y no vayas a tu casa esa noche. Quédate donde
un amigo; si ambos despiertan al otro día, considérate afortunado.
Cuando te asegures que las luces se fueron, ve hacia el
escritorio, siéntate y no quites los ojos de la pantalla, ni pronuncies palabra
alguna. Lo que ahora te acompaña entre la oscuridad posee una naturaleza
inmisericorde y bastará una sola mirada para que caigas irremediablemente en
una dolorosa locura sin fin. Tus desgarrados gritos de dolor y agonía nunca
serán oídos, ni en esete ni en ningún plano de existencia.
Un mensaje aparecerá en la pantalla que dirá: “¿Qué es lo
que quieres?”, al que deberás responder con: ¿Cómo puedo hacer que funcionen?
Un vídeo se reproducirá, cuya duración parece no caber en
el recuadro del tiempo. En éste, verás reproducirse en una calidad de audio y
vídeo inalcanzables para la tecnología actual la peores torturas imaginables en
manos de máquinas perturbadoras y retorcidas. Es probable que mueras a los
primeros segundos, que sientas tu cordura desvanecerse, que quieras perforar
tus ojos y arrancar tus oídos en un demacrado frenesí de locura. Mantente
firme, pues lo que veas te proveerá de la respuesta.
Una vez termine el vídeo, el cual podría durar semanas,
podrás quitar la vista de la pantalla. Las luces regresarán, y verás una unidad
USB insertada en el puerto frontal del computador. Sabrás que en ella se
encuentra aquel horripilante vídeo. Retíralo y sal de la oficina. Serán las
4:52 a.m., no habrá gente, pero la puerta principal estará abierta.
La unidad USB es el Objeto 452 de 538. La tecnología
manufacturará el preludio de nuestra perdición.
453. El Portador
de la Unicidad.
En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier
institución mental o centro de reinserción social a donde puedas llegar. Cuando
llegues al escritorio principal, dile a los recepcionistas que quieres visitar
a El Portador de la Unicidad. En caso que los trabajadores se rían, habrás
fallado, pues alguien ya ha venido antes y ha tenido éxito. Tu única forma
ahora de morir sin dolor es que te suicides antes que alguien más tenga la
oportunidad. Sin embargo, si la expresión de sus rostros se vuelve una de
profunda pena y miseria, no muestres piedad. En vez de eso, debes reírte de su
situación. Te mirarán con enojo y te llevarán a un pasillo.
Mientras caminas, sentirás el impulso de ver el rostro de
tu guía. No ignores este impulso; simplemente di: “¡No llevo máscara, así que
quítate la tuya!” Si tu guía sigue caminando, reza a cualquier dios que creas
que te pueda salvar; tu muerte vendrá pronto en sus manos.
Si se detiene, sonríe y te pide que cierres los ojos,
hazlo. Cuando los abras, tu guía ya no estará, y en su lugar habrán cientos, si
no miles, de figuras sin cabeza formando un sendero, y te llevarán a tu
objetivo. Mientras continúas descendiendo, tendrás destellos de los aspectos
más horribles del mundo humano: cadáveres destrozados, fetiches sexuales
inimaginables, personas en las peores circunstancias. Mientras continúas, tus
guías se reirán, suavemente al principio, pero tornándose a una cacofonía
enferma. Para sobrevivir, deberás unirte a ellos. Si puedes reírte en el rostro
del horror, tus guías se detendrán en una puerta. Cuando entres, anuncia a
ellos: “Sabría que lo ofrecerían, siempre lo hacen”. Ellos reverenciarán
silenciosamente y se irán.
En esta habitación, verás un pastiche de cada vida que ha
sido arruinada por rencor, cada cosa buena que ha acabado producto del odio. Un
hombre, vestido de igual forma que tu guía, pero con una máscara blanca, estará
sentada en el medio, riendo en voz baja. Pregúntale esto: ¿Por qué ríen?
Comenzará a contarte sus historias, y el por qué no tienen
rostro. Él te contará sobre cómo el mundo los trató, y que en su escape, se
rieron de ellos. Y entonces, te dirá cómo les dieron un rostro y un nombre, y
cómo conquistaron. Después que termine su historia, dile: “Deseo unirme a la
legión”. Te pedirá que escribas tu nombre para él, y te dará un trozo de papel
y una pluma. Cuando termines, tomará el papel y lo quemará, y lo último que
oirás antes de caer inconsciente será: “Espéranos”.
Despertarás en medio de una gran ciudad. Ahora eres parte
de la legión, y como prueba, en tu mano derecha estará la máscara que ellos
utilizan. Dentro, estará la inscripción “Operor non indulgeo. Operor non
alieno“. Cuando la lleves puesta, nadie será capaz de recordar tu nombre o
cualquier otra cosa relacionada con tu identidad terrenal.
La máscara es el Objeto 453 de 538. Cuando la uses, ni Él
podrá saber quién eres.
454. El Portador
del Cifrado.
Entra a una biblioteca en cualquier ciudad de cualquier
país, y busca al bibliotecario. Preséntale cualquier libro que hayas obtenido
como Objetos y pregúntale si conoce el significado de sus contenidos. Si
retrocede con horror, entonces has encontrado a uno de los que conoce al El Portador
del Cifrado. Este Portador se esconde en la zona más vacía de la biblioteca,
detrás de pilas y pilas de libros no leídos. Camina alrededor, navegando, a la
vez que buscas en la esquina tranquila y oscura que desees. La luz permanecerá
constante hasta que encuentres a un niño con un gran libro de cubierta
amarilla. A partir de ahora deberás seguir el camino diseñado, y no podrás alejarte
o dar marcha atrás hasta que hayas terminado lo que empezaste.
El niño se pronunciará a sí mismo como el Custodio del
Cifrado. Ignóralo y continúa. No más allá, un niño idéntico con un libro de
cubierta azul se aproximará a ti y se autoproclamará el Guardián del Cifrado.
Ignóralo también. A este punto las luces disminuirán en intensidad y un tercer
niño, idéntico a los demás, salvo por el libro carmesí que yace en sus brazos,
dirá que él es el Patrón del Cifrado. Quédate quieto, y los otros niños se te
unirán. Los tres formarán un triángulo a tu alrededor. Las luces se encenderán
brillantes, pero no te cegarán. No reconocerás a los niños, pero tampoco podrás
quitar la vista del Patrón.
Cuando las luces se estabilicen, el Custodio será un
anciano, el Patrón un hombre joven y el Guardián una mujer joven. En los brazos
de ella estará un niño que una vez tenía los tres libros. Los libros se han
unido para formar un gran tomo blanco. La voz del niño entrará a tu mente,
buscando una pregunta. La pregunta sólo puede ser encontrada en los libros
sobre los Objetos que hayas obtenido. Si se siente satisfecho, el niño caminará
hacia ti, tomará tu mano y te guiará fuera de este reino. Si no, entonces el
Custodio, el Guardián y el Patrón también entrarán a tu mente y la destrozarán
desde dentro, a la vez que el mundo a tu alrededor se torna oscuro. Una vez
esto pase, pasarás toda la eternidad siendo de aquellos que protegen al niño.
Si tienes éxito, pronto te encontrarás fuera de la
biblioteca donde entraste. Brillando de un blanco puro, el niño se desvanecerá,
y la luz se volverá un par de anteojos. Al usarlos, podrás ver la verdad en lo
que sea que esté frente a tus ojos.
Los anteojos son el Objeto 454 de 538. Llevarlos es sellar
tu destino.
455. El Portador
del Segundo Fragmento.
En cualquier ciudad, en cualquier país, encuentra una
habitación donde estés solo, con un espejo lo suficientemente grande para
reflejar tu cuerpo en su totalidad.
Asegúrate de que todas las entradas están obstruidas, muy
presionadas. No vas a utilizar tu cuerpo, pero Ellos podrán encontrarlo, y lo
harán. Y la única manera de detenerlos es hacer esto lo más rápido posible.
Mira dentro del espejo. Observa tus propios ojos, y di
fuertemente: “La materia es una mentira. Mi esencia lo es todo”, sin importar
si adhieres a esa escuela de pensamiento.
Si tu reflejo no dice nada, deberás irte rápidamente. Sal
del edificio y vete tan lejos como sea posible. Con el tiempo, sentirás la
sensación de seguridad cubriendo tu cuerpo una vez más. Encuentra un espejo
diferente, si así lo deseas, y vuelva a intentarlo.
Si tu reflejo comienza a temblar, aumentando cada momento
más y más, arrójate al espejo. Haz esto con gran confianza. Aquellos con dudas
tendrán sus almas destrozadas junto con el espejo.
Si logras pasar, echa un vistazo rápido atrás. Verás tu
cuerpo en el piso a través del espejo y notarás que las puertas que
atrincheraste comienzan a ser golpeadas. Sabrás que Ellos están intentando
entrar, y tienes un tiempo limitado.
¿Cuánto tiempo? Bueno, ¿Qué tan bien obstruiste la puerta?
Dentro, ve al corredor que verás. Será un salón lleno de
espejos, cada uno de los cuales reflejará un aspecto diferente de ti. Por nada
del mundo los toques o los mires demasiado, o tus deseos serán absorbidos
dentro de ellos, obligándote a revivir los peores momentos una y otra vez por
toda la eternidad. Pronto, la habitación se hará más grande, abriéndose más y
más.
Verás los espejos desvanecerse en la distancia. Mientras
continúas, ellos desaparecerán y el túnel terminará.
Afuera, te encontrarás en un salón con dos naturalezas,
mezcladas tan cuidadosamente que podrás discernir dónde comienza una y termina
la otra. Cielo e Infierno. No prestes atención a tus alrededores, recuerda que
tienes poco tiempo que perder.
Notarás que en el centro de este “mundo” habrás más
espejos. Cuántos habrán, dependerá de la complejidad de tu carácter. Una vez
más, ellos representarán una parte, aunque pequeña, de tu personalidad.
Aquí está la prueba: Toma el que sientas que más te
representa. No te sientas orgulloso; si escoges incorrectamente, aparecerás
inmediatamente del otro lado del Portador. Y a diferencia de muchas pruebas,
este Portador desea permanecer oculto, y si lo enojas… mejor no crucemos esa
vía.
Elige; si crees que has encontrado el espejo que mejor te
representa, entra en él.
Estarás en un vacío negro, pero sólo por un momento; porque
cuando la luz regrese, despertarás frente al espejo al cual entraste,
sosteniendo un pequeño fragmento de vidrio. Quizás no tenías tanta suerte para
regresar justo cuando Ellos irrumpan en la habitación, y en ese caso deberás
apuñalarte con el fragmento, pues no tendrás tiempo de defenderte. La muerte
sólo podría ser una bendición en comparación a lo que vendría. Pero si
despiertas y aún estás solo, sostén el fragmento delante de la puerta. Ellos
sabrán que tuviste éxito, y se retirarán.
El fragmento es un pedazo de vidrio, con un emblema parcial
de un reloj de arena en él. Podrás creer que no tiene valor, y quizás así sea,
en solitario. Pero por alguna razón, Ello le temen. No lo suficiente para
protegerte, pero nunca lo sabrás. Mantenlo seguro por esta misma razón.
Este fragmento, el Segundo Fragmento, es el Objeto 455 de
538. Recuerda esto cuando salgas de la habitación: los reflejos nunca mienten.
456. El Portador
del Discernimiento.
Sólo un Buscador pedante, loco, o de otra forma lo
suficientemente malvado como para llevar puesto el Objeto 347: La Banda del
Sellador de Todas las Salidas está en forma para al menos pensar en intentar
obtener la Antorcha de la Verdad.
Este es uno de los pocos Objetos conocidos que ilumina los
oscuros corredores internos de la mente; nunca saldrá, no importa lo que caiga
sobre ella, rociada o cubierta, pues su llama nunca fue destinada a ser
utilizada, salvo por aquellos que la usen bien.
No estaban bromeando cuando nos dijeron que fuimos hechos a
Su imagen. El primer punto de luz dio origen a todos nosotros. Utilizaron esta
antorcha para aprender a hacer el bien y el mal. Ni uno solo de Ellos alguna
vez soportaron un calvario digno de Su existencia, sin tener que utilizar esta
antorcha.
La Llama de la Antorcha continúa creciendo, más brillante,
al ritmo que crecía desde que fue imaginada por primera vez. Esto fue hecho a
propósito. Imagina al sol, y ahora conviértelo en un billón de veces más
brillante. Continúa brillando a esa velocidad, a cada instante, y los tiempos
desde que comenzó esto se han quedado muy atrás. Si intentas mirarla con tus
ojos, la llama será tan brilante que parecería ser invisible, pero tu mente la
vería a tal punto que podría dejarte ciego si no estás psíquicamente preparado
para ello.
Mira detrás de ti para asegurarte de que no estás en
llamas. Ahora.
Si no te has quemado a cenizas desde el interior, ve hacia
el desierto. No tendrás que ir muy lejos si llevas la Banda del Sellador, que
comenzará a brillar.
Permite a la luz del Sellador extenderse al infinito y
reunirse con la luz. Una vez lo haga, verás una grieta en el tejido
espacio-temporal frente a ti; ve a través de él.
El cielo a tu alrededor será rojo, con feroces nubes negras
y grises. Antes que tengas oportunidad de mirar a tu alrededor, estarás cara a
cara con una mujer de ojos resplandecientes, rodeada de varias criaturas, tan
grotescas en su morfología, pero que no podrás dejar de mirar. No dejes que
esta tentación masoquista domine tu mirada. Sólo debes mantener contacto visual
con la mujer, mientras le preguntas: ¿Cómo podían saberlo?
Sus ojos se ensancharán y ella serán incapaz de detenerse a
sí misma mientras utiliza su afilada lengua para realizar un profundo corte
justo en la línea delgada entre el bien y el mal. Si tus oídos no se incendian
y queman mientras ella cuenta su historia, quedará impresionada contra su
voluntad y te entregará una caja de cristal negro. Todo abrumará de blanco por
varios segundos. Mantente calmado mientras esto ocurre; todo reaparecerá en un
rato.
No sabrás dónde te encuentras cuando reaparezcas. Puede o
no ser un área segura. La única ocurrencia común es que va a ser un lugar muy
oscuro.
El punto de luz que está, flotando por encima de la
empuñadura de la antorcha, es el Objeto 456 de 538. Brillará en la oscuridad de
la mentira.
457. El Portador
de la Venganza.
Para encontrar al Portador de la Venganza, deberás ir a un
lugar lleno de tanto odio como deseo, donde la gente se haya visto a sí mismos
como inocentes siendo castigados.
Muchos lugares coinciden con esta descripción, incluso
aunque no sean obvios a primera vista: instituciones educativas, prisiones,
criptas y centros de rehabilitación son los más comunes, pero a veces almacenes
y casas comunes también pueden servir.
Durante el ocaso, asegúrate de estar en una parte
subterránea del edificio, con pasillos iluminados artificialmente. Si has
encontrado un lugar apropiado, la oscuridad debería caer mientras el sol se
hunde en el horizonte, incluso si esto no debiera tener efecto en el área,
lógicamente.
El lugar donde estás se tornará negro. Dondequiera que
estuvieras antes, ahora te encuentras frente a una pared. Habrá un agujero en
ella, vagamente iluminado y lo suficientemente grande para que quepa todo lo
que quieras llevar contigo, pero lo suficientemente pequeño para que todo lo
que hayas llevado deba ser dejado atrás al salir. Sube a través y llegarás a un
pasillo hecho de lo que parece ser mármol blanco pulido y brillante. No toques
nada excepto la vela iluminada en el soporte a tus pies. Continúa caminando
hasta que llegues a una habitación vacía, excepto por un hombre sentado en la
mesa. Desde la distancia parecerá un esqueleto, pero a medida que te acercas
notarás que es humanoide, aunque sin rostro, vestido con una túnica de color
negro hecha de cuero. Su piel completamente blanca y sin rastros de la edad
visibles. Su única característica distintiva es su larga barba de jengibre.
No podrás decir ni una palabra, pues lo perturbarás. Todo
lo que podrás hacer será darle la mano, la derecha para saludarlo o la
izquierda para despedirte. Será la única posibilidad que tendrás de marcharte.
En este momento, se levantará y te indicará que lo sigas a
través de otro pasillo, similar al que tomaste para llegar a él. A este punto,
notarás que el “mármol” es de hecho hueso humano, cráneos pulidos, para ser
preciso. Mientras continúas caminando, comenzarás a oír los gritos agónicos de
las personas cuyos cráneos pisas. No les prestes atención, pues es la vía que
tienen para convertir tus huesos y cada pieza de carne que te conforma en
diversos materiales prohibidos y conscientes para la construcción de más
efigies y edificaciones horrendas de los diversos Portadores existentes. No
soportarás el diabólico destino que es tener tu existencia no-muerta esparcida
por realidades dispares, y deberás sufrirla hasta el día en que Ellos se reúnan
de nuevo.
El hombre te guiará a la última habitación y esperará.
Allí, tu vela se apagará. Serás dejado ante la devoradora oscuridad. Si no
dices nada, fracasarás. Si dices la frase incorrecta, habrás fallado. El precio
del fracaso es desconocido, salvo por tu nombre escrito en el libro del hombre.
En su lugar, debes comenzar a enumerar castigos.
Mientras hablas, dos puntos brillantes aparecerán, intensos
pero no cegadores. No medites en ellas. Debes hablar de nada más que puras
sanciones para cualquier agravio, real o imaginario, hechos a ti. Si dejas de
de respirar por un segundo, habrás fallado. Si te repites a ti mismo, habrás
fallado.
Si logras recitar 538 castigos, una figura encapuchada
aparecerá frente a ti, la cual te preguntará: ¿Cuál es el número?
Levanta tu puño, indicando cero, date la vuelta y corre.
Los pasillos serán más cortos de lo que recuerdas, pero no vaciles. Corre fuera
del edificio y sigue corriendo. No reduzcas la velocidad o entres en cualquier
edificio hasta la luz del día. Al amanecer, mira hacia abajo y te darás cuenta
de que estás sosteniendo una máscara con la misma barba como la de tu
misterioso guía, pero sólo en negro.
La Máscara de la Venganza es el Objeto 457 de 538. Llévala,
y nunca sentirás la necesidad de reflexionar sobre tu justificación.
458. El Portador del Dragón.
En cualquier sierra, dentro de cualquier tundra, ve a
cualquier caverna que sea lo suficientemente grande como para convertirla en un
hogar. Cuando llegues a la entrada, no entres inmediatamente, en vez de eso,
pregunta en un tono respetuoso por El Portador del Dragón. Si
la montaña comienza a sacudirse, entra antes que la nieve caiga y te tire
abajo. Si nada ocurre, regresa otro día.
Una vez hayas entrado con seguridad, verás que la caverna
está cubierta con una capa de restos óseos, pertenecientes a todos los
Buscadores que no lograron llegar más allá. Con tu única fuente de luz siendo
las antorchas en los muros, camina continuamente hasta que llegues a una gran
cámara con una fuente de agua en su centro. Bajo una inspección más detallada,
verás que hay un huevo en medio de la fuente. Te tentará, pero no te aventures
dentro de la fuente, o cualquier cosa que eclosione del huevo saldrá para
devorarte hasta dejar tus huesos limpios.
Espera quieto, hasta que puedas oír una fuerte explosión
que provoque que la caverna se estremezca, pero no te muevas de donde estás. Un
bello dragón negro entrará desde el túnel del otro lado de la cámara. No
hables, deja que el dragón te analice. Si te ha aprobado, tan sólo relajará sus
músculos y se sentará en la fuente. Si no, abrirá su boca. El fuego que
escupirá no quemará tu piel, pero creerás que así es, y correrás hacia la
fuente en un intento desesperado por apagar el calor a tu alrededor,
volviéndote loco mientras la criatura en el huevo emerge para devorarte vivo.
Después que se siente, pregúntale mientras miras directo a
sus ojos: ¿Eres tú aquél que resguarda al dragón? El
dragón entonces cambiará de forma a un hombre joven de pelo negro azabache
Procederá a responder tu pregunta en perfecto detalle, en un acento que no
podrás reconocer. una vez termine de hablar, te preguntará “¿Porqué la buscas?” No
respondas, en su lugar, entra en la fuente y golpea el huevo. El huevo arderá
en un fuego azul, y si pierdes la consciencia, habrás tenido éxito. Si continúa
ardiendo, su incesante e infinito calor te enloquecerá, y tu fracaso en esta
prueba será siempre firmado por los restos óseos que dejes en la cámara.
Una vez despiertes, estarás en tu cama, en el lugar que
llamas hogar. Verás a un pequeño reptil blanco con alas saliendo de su espalda.
Te seguirá hasta el día que se alimente de tu cadáver vacío.
Este dragón es el Objeto 458 de 538. Sólo tu muerte le
permitirá crecer.
459. El Portador del Único.
En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier
institución de salud mental o centro de reinserción social a donde puedas
llegar. Pregunta al recepcionista si puedes hablar con El Portador del Único.
Levantará sus cejas y dirá: “Deberás ir muy profundo en esto”, antes de llevarte a una
celda en lo profundo de las instalaciones. Mientras más profundo vayas por
aquel pasillo, más difícil se volverá diferenciar la luz de la oscuridad; ellas
parecerán fusionarse como un área gris, la cual será deslumbrantemente
brillante e impenetrablemente negra al mismo tiempo. No trates de comprender
esto, por razones obvias.
El trabajador desbloqueará la puerta y te pedirá que
entres. Siéntete seguro; el vacío más allá de la puerta ha tomado a un
incontable número de Buscadores que han fallado la prueba. Cuando entres, verás
la nada absoluta. Si tratas de mirarte a ti mismo, verás que ya no existes.
Esto es parte de la prueba; si sientes incluso el menor miedo, estarás atrapado
en esta eterna vacuidad. La única forma de sobrevivir es desterrar tu miedo y
exigir saber: ¿Es cierto?
Un enorme ojo, más grande de lo que podrías empezar a
pensar, aparecerá. Él te contará cómo el Único, sintiéndose solo, decidió
dividirse en muchos, y cómo los Objetos formaron parte de esto. Vigila el
parpadeo del ojo, pues si no estás alerta, vas a perder tu oportunidad.
Cuando el ojo parpadee, inmediatamente grita: ¡Pero ellos no pueden!. Si
no lo haces bien, serás devorado y formarás parte de aquél ojo para siempre.
Si haces bien, el ojo comenzará a disolverse. Ahora mira
abajo. Tu cuerpo ha regresado, y el ojo se ha desintegrado. La habitación
comenzará a tomar forma. No permanezcas demasiado allí, pero busca un
metrónomo. Podría ser un anticuado metrónomo ponderado, o podría ser uno
digital, pero cualquiera que sea la forma que adopte, tómalo rápidamente y sal
antes que la habitación se anule a sí misma, contigo dentro.
El metrónomo es el Objeto 459 de 538. Una vez puesto en
marcha, no es posible detenerlo.
460. El Portador de las Excusas.
Cásate, forma una familia. Ama a tu cónyuge, y él/ella te
amará. Ten hijos, y construye con ellos una vida feliz.
Ahora hazlo de nuevo. Engaña a tu cónyuge y comienza a
tener una familia secreta. Forma más familias si es necesario. Deja que la
tensión se construya. Tráelos a todos juntos, explícate, y finalmente, mátalos
a todos.
Ahora báñate en su sangre, húndete en ella. Di: Soy El Portador de las
Excusas, me he creado a mí mismo.
Truenos hará temblar el edificio, los cimientos se
agrietarán, las paredes se derrumbarán. Si estás vivo, una cosa no similar a un
hombre se aproximará a ti: “¡No eres el Portador! ¡Yo soy él, padre de las mentiras y creador del
pecado! ¡No soy, ni fui, ni nunca seré!”
Otro más aparecerá, diciendo: “¡Ustedes dos me han creado a mí, el
verdadero Portador, con sus mentiras! ¡Todos deberán arrodillarse ante
mí!”
Muchos aparecerán, cada uno clamando ser el verdadero
Portador. Ellos serán de todos los tamaños, géneros, contexturas y formas.
Deberás dar un paso adelante, y decir: “Gente, cálmense, ha habido claramente una
confusión. Pero yo sé cómo encontraremos al verdadero Portador. Verán, un
Portador de las Excusas deberá ser un gran mentiroso, así que todos nosotros
nos turnaremos en contar mentiras y al que determine como el mejor mentiroso
será el verdadero Portador.“
Los Portadores estarán de acuerdo con esto, pues has
desarrollado la habilidad de hacer que otros te escuchen, al convertirte en el
patriarca de varias proles. Si ellos no te creen, o si alguien más da un paso
adelante, que Dios dé descanso a tu alma.
Escoge un entorno aislado para ponerlos a prueba, y
asegúrate de hallar un arma. Que entren de a uno. Cuando estén a solas,
mátalos. Así, ganarás el concurso y tendrás derecho a recibir la Nota del
Mentiroso.
La Nora hará que cualquier mortal letrado te crea y confíe
en ti, a menos que ya conozca la naturaleza de la nota.
La Nota es el Objeto 460 de 538. Cuando Ellos regresen
juntos, será debido a las excusas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario